No es una historia sobre beduinos
La historia de una mujer que usó esos conocimientos ancestrales para desafiar al mismo sistema que la oprimía.
Si en la Carta del domingo pasado los Inuit nos inspiraban a dejar de confundir Reacción con Decisión.
A confiar en nuestros tiempos, y a volver a honrar el silencio y la calma como el camino a nuestras propias respuestas.
Hoy, los Beduinos nos servirán como ejemplo del poder de avanzar aún cuando no tenemos certezas, solo intuición. A confiar para no paralizarnos.
Y sí, es cierto que los beduinos han cruzado el desierto durante generaciones sin necesidad de mapas. Que en su mundo, lo único constante es el cambio del paisaje.
Que son capaces de encontrar el camino gracias a las estrellas a pesar de que el viento cambia las dunas cada día.
Pero hoy no te hablaré de esos nómadas montados en camello tapados con una túnica blanca.
Hoy quiero contarte la historia de una mujer que usó esos conocimientos ancestrales para desafiar al mismo sistema que la oprimía.
También sin mapa, sin brújula y sin certezas.
Tan solo guiada por su intuición: Hissa Hilal.
El “nabati”, es la poesía tradicional de los beduinos, y ha sido un canal de sabiduría, tradiciones y expresión de identidad durante siglos.
Y es en la poesía donde Hissa Hilal encontró su refugio en un mundo que la obligaba, precisamente, a callar.
Hissa nació y creció en una comunidad beduina en Arabia Saudita, cerca de Jordania.
Desde niña, escuchó a su madre y a otras mujeres de su tribu recitar versos en las reuniones familiares. Eran historias, advertencias, lecciones de vida disfrazadas de rima.
Aquellas palabras la inspiraron, pero también entendió, desde pequeña, que no era libre. Las mujeres podían cantar en privado, pero nunca mostrar en público su propia voz.
Sin embargo, Hissa, como imaginarás, no tenía intención de callar.
Comenzó a escribir en secreto desde los 12 años, ocultando sus versos entre las páginas de sus libros. Sabía que sus palabras eran peligrosas. Sabía que si alguna vez las pronunciaba en voz alta, la considerarían una amenaza.
Y lo fue.
Mientras trabajaba en un puesto administrativo en un hospital de Riad, logró publicar algunos de sus poemas en periódicos y revistas saudíes.
Pero siempre bajo un seudónimo. Sabía que su propia voz no tenía espacio en el mundo en el que vivía.
Pero no dejó de escribir.
Sus poemas hablaban de justicia, de mujeres, de libertad.
Con las primeras ganancias compró un fax y así comenzó a escribir y enviar más artículos desde casa.
Llegó a trabajar como editora y corresponsal para varios medios en Arabia Saudita y la región del Golfo Pérsico.
Y siguió publicando bajo seudónimo sus propias palabras en varias colecciones de poesía. “Remia” era el nombre que la ocultaba.
Y entonces llegó el momento en el que dejó de esconderse.
2010. "Million’s Poet". Abu Dabi.
Hissa Hilal necesitó el permiso de su marido y padre de sus 4 hijos, también poeta, para subirse al escenario de uno de los concursos de poesía más importantes del mundo árabe.
Frente a millones de espectadores, vestida con un niqab negro que solo dejaba ver sus ojos, y que usó por miedo a las represalias, recitó un poema contra el extremismo religioso y la opresión de las mujeres.
El poema se titulaba "El caos de las fatuas".
Se convirtió en la primera mujer en llegar a la final del concurso. Se llevó un premio millonario, el respeto de muchos y la furia de otros tantos.
Las amenazas de muerte llegaron casi de inmediato.
Pero ella no se detuvo.
Hissa siguió escribiendo, publicando y desafiando, sin mapa, sin brújula y sin certezas.
A partir de aquel momento comenzó a usar ya su verdadero nombre.
Yo evoco la historia de Hissa Hilal a menudo para recordarme que, por el lugar y la época en la que he nacido, tengo el privilegio de seguir mi intuición y mis sueños.
No hay nada que perder y sí mucho que ganar.
Mientras muchas mujeres aún ponen en peligro su propia vida para recordarnos que somos libres y dueñas de nuestra vida.
Y en esas vidas no hay caminos trazados. Hay que avanzar sin esperar garantías.
Como han hecho los beduinos durante siglos.
Pero sobre todo, como han hecho las mujeres que se han atrevido a desafiar lo que parecía inamovible para darnos muchos de los derechos que hoy consideramos básicos.
Avanzar, como quizás necesitas hacer tú ahora mismo.
Las preguntas que hoy te comparto y que ojalá te ayuden de alguna forma:
🔥 ¿Cuántas veces has esperado demasiado por miedo a equivocarte?
🔥 ¿Cuántas veces has esperado certezas antes de dar un paso?
🔥 ¿Y si no hubiera certezas, solo confianza, cuál sería tu próximo paso?
Avanzar con confianza, no significa avanzar con certezas.
Significa, sencillamente, avanzar.
Feliz domingo.
Un fuerte abrazo